Gestión Kirchner (2004-2008)
Variaciones Generales de Presupuesto
La Dirección Nacional de Vialidad es el organismo del Estado encargado de la construcción y mantenimiento de las rutas nacionales. Analizamos en este informe el gasto de esta repartición. El período en estudio abarca 5 años, ya que Néstor Kirchner formuló el presupuesto de 5 años (2004 a 2008). De ese período ejecutó 4 años (2004-2007) más el residual de 2003.
Es notable la importancia que se le dio a esta dirección, cuando se comparan los aumentos nominales de presupuesto desde el inicio de la gestión. Mientras que el gasto total de la Administración Nacional pasó de $ 64.275 millones en 2004 a $131.099 millones en 2007 (valor estimado al 23 de diciembre), es decir un 104% de aumento nominal, los gastos de Vialidad pasaron de $1.227 millones en 2004 a $ 5.688 millones en 2007, es decir un 363% de incremento.
Dentro de Vialidad, son 4 los programas: uno de Administración Central, dos de mantenimiento y uno de construcción de rutas. Este último representa entre un 63% (2004) y un 78% (2007) del total del gasto. La evolución del gasto en construcción pasó de $ 770 millones en 2004 a $4.360 en 2007, es decir un 467% de aumento.[1]
Casi todo el aumento se debe al mayor gasto en Bienes de Uso, que son los pavimentos, rutas, puentes, carteles, etc. Los aumentos asignados a bienes de uso están entre el 41% y el 82%, anual, mientras que el gasto en personal sigue a los aumentos salariales y en los servicios no personales (contratos y servicios de terceros), salvo en 2005 con un incremento de 130%, la variación se sitúa en un 5% anual.
Hasta aquí, números fríos, globales. Veamos algunas consideraciones comparativas para luego pasar a analizar que pasó en las provincias.
Costo del Kilómetro
Asesores idóneos en la materia nos indican que, en la actualidad, el costo promedio de construir 1 km de autopista iluminada, sin intersecciones y cruces a nivel, es de 1 millón de dólares. Algunas provincias, como San Luis, afirman que el costo se sitúa entre US$ 500 mil y US$ 1 millón por km El costo en la Provincia de Buenos Aires, donde la tierra negra hace que sea necesario cubrir el tramo con tierra greda, donde el costo de la tierra a expropiar es altísimo y donde la alta densidad de la población hace necesaria una mayor cantidad de puentes, rotondas, entradas y salidas, etc., el costo de 1 km de autopista sería de US$ 1.500.000.
Si tomamos como parámetro el programa de Construcción solamente (rutas nuevas), vemos que se han gastado en 4 años, US$ 2.960 millones de dólares o el equivalente a 1.973 km de autopistas, a un valor de US$ 1,5 millón/km.
Si hacemos otro ejercicio, tomando como parámetro los Bienes de Uso y no el programa de Construcción, la comparación es la siguiente. El gasto en Bienes de Uso (en dólares, según el tipo de cambio vigente en cada momento), pasó de US$ 357 millones en 2004 a US$ 1.535 millones en 2007, totalizando en los 4 años US$ 3.650 millones. Aceptando como regla la peor de las hipótesis, valorando el km de autopista a US$ 1,5 millón en forma uniforme a lo largo de los últimos 4 años, tendríamos que las obras realizadas por Vialidad en ese período deberían equivaler a 2.431 km de autopistas o su equivalente en rutas simples, caminos, señalizaciones, etc.
Pero no parece que la red vial haya evolucionado de esta forma. Estas obras, es decir entre 2 y 2 mil quinientos km de autopista o su equivalente en rutas menores, son obras que deberían estar a la vista, y se habrían sumado a otras obras en las áreas concesionadas, que corresponde afrontar a privados y no al Estado, y a otras obras que realizaron las propias provincias con dinero de su presupuesto local, como es el caso de San Luis. Es decir que los 2.000 o 2.500 km de autopistas, debieran se adicionales a las obras de la autopista a La Plata, la Autovía 2, las rutas 3, 5, 6, 7, 8 y 9 o los tramos nuevos en la zona de playas pagadas por la Provincia de Buenos Aires y las autopistas de San Luis, provincia donde el Estado Nacional no invierte, así como tantas otras rutas con peaje privado a lo largo y ancho del país.
Si esas obras hubieran existido, habrían solucionado en gran parte el gravísimo problema de la inseguridad vial. Pero las autopistas no están.
Distribución por Provincia
Sin haber constatado el estado físico de las obras realizadas, se puede ver, con sólo observar los números, que hay provincias más favorecidas que otras, y no son precisamente aquellas donde hay mayor flujo de tráfico y por lo tanto de siniestros viales. Veamos el siguiente cuadro comparativo de los últimos 4 años.
El monto en miles de pesos que recibió cada provincia en carácter de mantenimiento fue el siguiente (en 2007 es ejecutado al 23 de diciembre):

Por otra parte, el monto en construcción de rutas fue:

Parecería ser, según se desprende del cuadro, que la construcción de rutas es prioridad en Santa Cruz, siguiendo en orden de importancia el Nivel Nacional, donde no se sabe bien a qué territorio provincial corresponde esa inversión.
Córdoba, por ejemplo, tenía asignada en 2007 una partida de $701 millones en construcción de rutas. Su presupuesto fue reducido mediante el mecanismo de reasignación de partidas a $267 millones de pesos y de eso solo se utilizaron $169 millones. Nadie sabe qué pasa con la Autopista Córdoba – Rosario, tan necesaria. Algo similar ocurrió en Entre Ríos, donde el presupuesto inicial de 2007 de $254 millones, fue reducido a $136 millones y sólo se utilizaron $92 millones. Esa es la provincia de las rutas 12 y 14, llamadas “de la muerte”. Otro tanto ocurrió en Corrientes. Mientras tanto, la provincia del presidente tenía un presupuesto de $136 millones, que fue incrementado a $382 millones, aunque el gasto fue en definitiva de $752 millones, más de tres veces el monto correspondiente a la provincia que le sigue en el nivel de gasto, que es Formosa con $232 millones.
En relación con este informe, falta evaluar el estado físico de estas inversiones, para ver qué se hizo efectivamente con ese dinero pues, como decimos más arriba, las autopistas no están. El gobierno debe explicar dónde puso el dinero de los contribuyentes y cual es su criterio de inversión. No basta con manifestar preocupación por la seguridad vial en los discursos. No basta con la creación de una Agencia. La sensación es que se han perdido 4 años, muchas vidas y mucho dinero.
[1] No vale la pena considerar en el análisis las cifras de 2008, ya que por medio de la reasignación de recursos los presupuestos de vialidad casi siempre se duplican con respecto al monto presupuestado votado en el Congreso.