No hace falta enteder porque Abraham Lincoln sigue siendo un político implacable, lúcido, categórico, brillante. Dijo hace más de 150 años:
"No se puede llegar a la prosperidad desalentando la empresa,
no se puede reforzar al débil debilitando al más grande,
no se puede ayudar al pobre destruyendo al rico,
no se puede aumentar la paga arruinando al que da trabajo,
no se puede progresar serenamente gastando más de lo que se gana,
no se puede promover la hermandad humana predicando el odio de clases,
no se puede instaurar la seguridad social usando dinero prestado,
no se puede ayudar continuamente a la gente
haciendo en su lugar aquello que puede y debe hacer sola."
La grandeza de aquellos conceptos que persisten en la historia, es solo equiparable a la sencillez de su contenido.
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